No dependas nunca de la admiración de los demás.
No tiene ningún valor. El mérito personal no puede
proceder de una fuerte externa. No lo encontrarás en
las relaciones personales, ni en la estima de los demás.
Es cosa probada que las personas, incluso quienes te
quieren, no estarán necesariamente de acuerdo con tus
ideas, no te comprenderán ni compartirán tu entusiasmo.
¡Madura! ¿A quién le importa lo que los demás piensen
de ti? Crea tu propio mérito.
El mérito personal no puede alcanzarse mediante la
relación con personas de gran excelencia.
El mérito ajeno no existe.
Los triunfos y excelencias de los otros sólo a ellos
pertenecen. Asimismo, tus posesiones pueden ser
excelentes, pero tu persona no adquirirá excelencia a través de ellas.
Piénsalo: ¿Qué es realmente tuyo? El uso que hace de
las ideas, recursos y oportunidades que se presentan.
¿Tenes libros? Léelos. Aprende de ellos. Aplica su
sabiduría.